Una de las grandes clásicas del Pirineo, la Ferrata de Sorrosal, sin duda, que una ferrata cruce este retorcido estrato de flish es todo un reto. Espectacular desde su inicio con las vistas del la última cascada del barranco de Sorrosal (otro gran clásico de la zona).
No es una ferrata especialmente difícil a nivel físico, pero si a nivel psicológico, por la altura y entorno, necesita de un buen control mental.
Ganaremos rápidamente gran altura y pasaremos junto a la espectacular cascada por una vertical escalera que nos nos dejará indiferentes. Un paso oscuro por el aliviadero, un puente tibetano, una playa para tomar un respiro, un pared vertical y una espectacular faja colgada nos harán disfrutar y quedarnos con ganas de repetir esta única ferrata.
Todos los tiempos son aproximados y dependen de la velocidad a la que se desplace nuestro grupo y la de otros grupos que podamos encontrar en la ferrata.
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